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Adoración Nocturna Española

 

Adorado sea el Santísimo Sacramento   

 Ave María Purísima  

 
 

 

Santos y Beatos

Francisco de Asís rl, Áurea de París ab, Petronio ob, Quintín mr.
 

 

5  AVELINO MARTÍNEZ DE ARENZANA CANDELA (1898-1936)

Oblato de los Hermanos de San Juan de Dios. Ya de joven sobresalía por su asistencia a las iglesias donde se tenía Adoración Nocturna en Barcelona.

Martirizado en La Malvarosa (Valencia) con otros compañeros el 4 de octubre.    Fiesta: 6 noviembre

          AVELINO MARTÍNEZ DE ARENZANA CANDELA nació en Barcelona en los primeros días de enero de 1899 y era hijo de Teresa y Avelino, un abogado que murió joven dejando tres hijos. La familia fue acogida por los abuelos. El joven Avelino era muy religioso, sobresalía por su asistencia a las iglesias donde se tenía la Adoración nocturna, pasando las noches enteras en oración. Ingreso como oblato en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
         El 3 de octubre de 1936 cuando formaba parte de la comunidad hospitalaria del Hospital Infantil San Juan de Dios del barrio valenciano de La Malvarrosa fue detenido y fusilado juntamente con otros ocho Hermanos Hospitalarios de la misma comunidad en la playa vecina al hospital.

Colecta

         Dios, Padre nuestro, que a los Beatos Leonardo José y compañeros, mártires, con la ayuda de la Madre de Dios, los llevaste a la imitación de Cristo hasta el derramamiento de la sangre, concédenos, por su ejemplo y intercesión, confesar la fe con fortaleza, de palabra y de obra. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

   

5                ALFREDO PELLICER MUÑOZ (1914-1936)

       Franciscano Menor, Fray Alfredo, Era estudiante de teología.
       Acababa de hacer la profesión solemne. Figura como adorador mártir en Bellreguart (Valencia).

       Martirizado el 4 de octubre.


        ALFREDO PELLICER MUÑOZ nació en Bellreguart, próximo a Gandía, y le pusieron por nombre Jaime. Tomó el hábito franciscano el 25 de agosto de 1930, cambiando el nombre de pila por el de Alfredo. Más tarde, pasó al convento-colegio de Onteniente, que también era casa de formación franciscana e hizo la profesión solemne el 5 de julio de 1936. Estalló la guerra civil española, se agravó la persecución religiosa y los religiosos de esta comunidad se vieron forzados a dispersarse. Fray Alfredo se refugió en casa de sus padres en Bellreguart, donde vivió algún tiempo con relativa tranquilidad. Era un muchacho simpático y alegre con una gran firmeza en la fe y en su vocación franciscana. En conversaciones con su madre le decía Alfredo: «Madre, ¿usted sabe la gloria que es ser mártir? No tendré yo esa suerte; sería mi mayor alegría». Lo fue. El martirio tuvo lugar el mismo día 4 de octubre de 1936, hacia las tres de la tarde, en el lugar llamado «La Pedrera», a unos tres kilómetros de Gandía.