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Adoración Nocturna Española

 

Adorado sea el Santísimo Sacramento   

 Ave María Purísima  

 
 

 

Santos y Beatos

Nª Sª de la Medalla Milagrosa, Facundo y Primitivo mrs, Sigfrido ob, Bilgilda vg, B. Ramón Llull mr.

 

 

   Virgilio

 

5MIGUEL AGUADO CAMARILLO (1903-1936)

Caballero de La Milagrosa y adorador nocturno. Casado con hijos. Perteneció al turno XI de Madrid desde 1929.

Martirizado el 27 de noviembre.          Fiesta: 6  noviembre 

 

          El 11 de noviembre fueron beatificados en Madrid sesenta mártires de la familia vicenciana, sacerdotes, consagrados y laicos. El lema de la beatificación es ―Testigos y profetas de fe y caridad‖. Entre esos mártires destacamos a un laico que también fue adorador nocturno. Su nombre es MIGUEL AGUADO CAMARILLO. Su recordatorio decía textualmente: "Era un pobre obrero y pertenecía a las Compañías del Cerro de los Ángeles, Adorador Nocturno y Caballero de la Milagrosa".
          Miguel nació en Humanes (Guadalajara) el 6 de febrero de 1903 y sus padres, Dionisia y Práxedes, le bautizaron en la parroquia de San Esteban unos días después. Con 24 años contrae matrimonio con María Merino Guisado y tendrán cuatro hijos, Ángeles, Carmen, Miguel y Gloria que tenía seis meses al fallecimiento de su padre, la mayor contaba con 6 años.
          En julio de 1936, recoge la reseña biográfica de la beatificación, el matrimonio vivía con sus cuatro hijos en una buhardilla en Ponzano, 38, esquina a Bretón de los Herreros. Estaba empleado de mozo en un almacén de recauchutados, calle Salustiano Olózaga, 12 cuando unos vecinos le denunciaron porque iba todos los días a misa.
          Fue detenido y llevado a comisaría de Buenavista, dos días más tarde a la cárcel Modelo. La esposa soportando las mayores humillaciones y groserías, acudía a la cárcel con los niños. Finalmente el 27 de noviembre, festividad de La Milagrosa, es asesinado sin juicio previo en Paracuellos de Jarama (Madrid).
          En la biografía se hace una mención especial de su esposa de la que textualmente se dice que fue ejemplo del perdón cristiano y de la fortaleza que Dios da a quienes se abandonan en Él. Viuda a los 30 años, con cuatro niños, sin más ayuda que la Providencia, nunca demostró odio ni sentimiento de venganza. De su hija Carmen es este testimonio actual y vivo: ―La recuerdo siempre vestida de negro, trabajando en todo lo que podía para sacarnos adelante. Siguió muy devota de la Milagrosa y nos inculcó a todos a confiar en Dios. Todas las noches antes de acostarnos nos hacía rezar por nuestro padre para que esté en el Cielo y por el alma del asesino, para que Dios le convierta y le lleve al Cielo. Mi madre se confesaba en la basílica y también con el Jesuita hoy santo, P. José M.ª Rubio. No me cabe la menor duda de que mi padre aceptó la muerte por el Señor, porque era un buen cristiano‖. Termina la reseña diciendo que falleció en la misma fecha de la beatificación de su padre, dos años antes.

Oración colecta

          Dios todopoderoso y eterno, que concediste a los mártires de España del siglo XX la gracia de morir por Cristo, ayúdanos en nuestra debilidad para que, así como ellos no dudaron en morir por ti, así también nosotros nos mantengamos fuertes en la confesión de tu nombre.
          Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

          Su testimonio «nos invita a nosotros a seguir su ejemplo de fe y caridad en la vida cotidiana, y a orar por sus verdugos, ofreciendo también nosotros el regalo precioso del perdón». «No podemos ni debemos olvidar a estos mártires, porque son un testimonio de vida cristiana. Y no debemos ni podemos olvidar esta trágica historia para que no se repita nunca esta oleada de odio fraticida»

Cardenal Angelo Amato en la homilía de beatificación