Cleto
RAFAEL ARNÁIZ BARÓN (1911-1938)
Oblato trapense. Adorador en Oviedo y Madrid.
Oración colecta
¡Oh Dios! Que hiciste a san Rafael un discípulo preclaro en la ciencia de la Cruz de Cristo, concédenos que, por tu ejemplo de intercesión, te amemos sobre todas las cosas, y siguiendo el camino de la Cruz con el corazón dilatado, consigamos participar del gozo pascual. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Oración
¡Oh Dios! Que hiciste a san Rafael un discípulo preclaro en la ciencia de la Cruz de Cristo, concédenos que, por su ejemplo e intercesión, te amemos sobre todas las cosas, y siguiendo el camino de la Cruz, con el corazón dilatado, consigamos participar del gozo pascual. Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Concédenos por la intercesión de san Rafael Arnáiz, el favor que te pido… Amén.
(Padrenuestro, Avemaría, Gloria)
«Hoy he salido de casa cuando empezaba a anochecer.
Atravesé las calles principales de la ciudad, y un poco aturdido del barullo del gentío, de los coches y de las luces, me dirigí donde mi espíritu necesitaba, a la casa de Dios. Ésta estaba casi desierta; una beata mascullaba oraciones delante de un altar mal alumbrado; otro grupo de mujeres cuchicheaba, junto a un confesionario, y el Señor, Dios de la creación, el juez de vivos y muertos, estaba en el Sagrario olvidado de los
hombres… En la paz y en el silencio del templo, mi alma se abandonaba a Dios. Veía pasar por delante de mí todas las miserias y todas las desgracias de los hombres, sus odios y sus luchas, y pensaba que si este Dios que se oculta en un poco de pan no estuviera tan abandonado, los hombres serían más felices, pero no quieren serlo».
Rafael nació en Burgos el 9 de abril de 1911 en el seno de una familia acomodada. Por motivos laborales de su padre se traslada a Oviedo en 1922. Se inscribió en la Adoración Nocturna con 19 años y permaneció 17 meses hasta que en septiembre de 1932 se trasladó a Madrid para estudiar en la Escuela Superior de Arquitectura donde también fue adorador.
En 1934 ingresó en el noviciado del monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas (Palencia), donde, cuatro años después, tras larga y penosa enfermedad diabética, que le obligaba a salir y entrar del monasterio, murió en su enfermería el 26 de abril de 1938.
Benedicto XVI en la homilía de su canonización el 11 de octubre de 2009, resume su vida con estas palabras: "...elhermanoRafael, hoy canonizado, fallecido a los veintisiete años como oblato en la Trapa de San Isidro de Dueñas. También él era de familia acomodada y, como él mismo dice, de "alma un poco soñadora", pero cuyos sueños no se desvanecen ante el apego a los bienes materiales y a otras metas que la vida del mundo propone a veces con gran insistencia. Él dijo sí a la propuesta de seguir a Jesús, de manera inmediata y decidida, sin límites ni condiciones. De este modo, inició un camino que, desde aquel momento en que se dio cuenta en el Monasterio de que "no sabía rezar", le llevó en pocos años a las cumbres de la vida espiritual, que él relata con gran llaneza y naturalidad en numerosos escritos. El hermano Rafael, aúncercanoanosotros,nossigue ofreciendo con su ejemplo y sus obras un recorrido atractivo, especialmente para los jóvenes que no se conforman con poco, sino que aspiran a la plena verdad, a la más indecible alegría, que se alcanzan por el amor de Dios. "Vida de amor... He aquí la única razón de vivir", dice el nuevo Santo. E insiste: "Del amor de Dios sale todo". Que el Señor escuche benigno una de las últimas plegarias de san Rafael Arnáiz, cuando le entregaba toda su vida, suplicando: "Tómame a mí y date Tú al mundo". Que se dé para reanimar la vida interior de los cristianos de hoy. Que se dé para que sus Hermanos de la Trapa y los centros monásticos sigan siendo ese faro que hace descubrir el íntimo anhelo de Dios que Él ha puesto en cada corazón humano".
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