TOMÁS VALERA GONZÁLEZ (1918-1938)
Perteneció a los tarsicios en Sorbas (Almería) y adorador.
Martirizado el 20 de mayo de 1938 en Turón. Fiesta: 6 noviembre
TOMÁS VALERA GONZÁLEZ nació en Sorbas el día 7 de octubre de 1918, siendo el segundo de los seis hijos habidos en el matrimonio de Horacio y M.ª Teresa. Su padre fue enviado a Sorbas como administrador de la oficina de Correos y allí pasó los primeros años de su vida. Le gustaba la música y pronto formaría parte de la banda municipal tocando el clarinete que acompañaba en Semana Santa a las imágenes que procesionaban. Concluyó el bachillerato en Almería donde se trasladó su padre. En Sorbas perteneció a los tarsicios siendo después adorador.
Refugiado con su tío, primero en Carboneras y luego en Cuevas del Almanzora, un compañero de estudios lo denunció por «oler a cera». Con tan sólo 19 años y sin haber hecho ningún mal en la vida, el fatídico día de 20 de mayo de 1938 cayó en Turón (Granada) de un tiro cuando aún se encontraba en la fosa que él mismo había cavado para sepultar a dos infortunados compañeros, gritando con valentía ―¡Viva Cristo Rey!‖.
RAFAEL GARCÍA TORRES (1904-1938)
Dependiente de comercio en Níjar y adorador. No se dispone de foto.
Martirizado el 20 mayo 1938 en Turón, Granada
RAFAEL GARCÍA TORRES nació el 22 de febrero de 1904 en Níjar (Almería) y fue bautizado al día siguiente por el también beato don José Almunia López Teruel. Tras realizar sus estudios, ayudó a la maltrecha economía familiar dedicándose al comercio. Era devotísimo de la Madre de Dios, ingresó en la Acción Católica y en la Adoración Nocturna. Era el colaborador por antonomasia de su párroco, el beato don Joaquín Berruezo.
Cuando comenzó la persecución religiosa rechazó las ofertas que le hicieron para ocultarlo. El 1 de marzo de 1938 fue denunciado por un antiguo benefactor de la familia. Ese mismo día lo detuvieron y enviaron a la prisión del Ingenio de Almería y martirizado el 20 mayo 1938 en Turón, Granada. Su hermana Dolores, narra así su martirio: ―Lo mataron – remataron – cuando apenas podía mantenerse ya en pie, pues su martirio, por ser joven, fuerte y de una fe muy firme, fue muy duro y prolongado, con palizas, golpes, escarnios y torturas, para hacerlo vacilar y renegar. Como no lo conseguían, arreciaban las torturas y castigos. Se dio cuenta de que ya sí lo mataban; soltó la pala y gritó: ¡Viva Cristo Rey! Fue lo último que dijo‖.
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