Córdoba
              
                Vigilia de Consagración de la  A.N.E. de Andalucía al Sagrado Corazón de Jesús en Córdoba
              
                       Con  motivo de la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús, en su  Centenario, a la par que los 90 años de la erección de la imagen del mismo en  las Ermitas cordobesas, la Adoración Nocturna andaluza quiso celebrar esta  Consagración en nuestra Catedral-Mezquita el 5 de octubre con una Vigilia extraordinaria. 
              
                                   Para  ello, convocó a los adoradores en la iglesia de S. Francisco a las 20:30 h. de  la tarde con recepción de banderas, para salir hacia las 22 h. en procesión  hacia la Seo; no pudo llevarse a cabo el llevarlas desplegadas porque la  autoridad civil, a última hora, lo desaconsejó por determinadas circunstancias.
              
                       El  Presidente diocesano nos dio la bienvenida en el templo y nos indicó el camino  a seguir. Salimos en grupo por el Compás de S. Francisco, cruzamos la calle  homónima y traspasando el Arco del Portillo, caminamos por las intrincadas y  serpentinas calles de la vetusta ciudad, en dirección de la Catedral, donde nos  adentramos por la llamada Puerta de la Grada Redonda. Dentro del Patio de los  Naranjos marchamos en procesión devotamente, rezando y cantando, y ahora, sí,  con las enseñas desplegadas.
              
                       A  las 22:30 h. se celebró la Santa Misa presidida por D. Demetrio Fernández,  obispo de la diócesis, la cual se alternaba con el Manual de los adoradores,  como es normativo en la A.N.E., para lo que se distribuyó un librito editado exprofeso  para comodidad de todos. En su homilía, el prelado se refirió principalmente al  Evangelio y al valor de la oración en el adorador. Al final de la Eucaristía,  quedó expuesto el Santísimo en la custodia para adoración de los fieles
                       Desde  las 24 h. hasta las 5 de la madrugada quedaron establecidos 5 turnos de  adoración (1 h. por grupo) en que los presentes de distintos lugares iban  adorando agrupados, según el criterio del organizador. A Córdoba capital, se le  asignó el último, de 4 a 5 h.
              
                       Mientras  un grupo rezaba y permanecía ante el Santísimo, las demás personas tenían  tiempo libre: bien para pasear por el Patio o por fuera, bien para descansar,  bien para orar, bien para confraternizar con otros adoradores pedáneos o  foráneos, incluso para tomar un refrigerio que amablemente se nos ofreció, en  atención especialmente a los forasteros, en las dependencias del Arzobispado,  cruzando solamente la calle Torrijos. Nuestro pequeño grupo que también paseó,  charló en abundancia con propios y no propios, tuvo también tiempo de adorar  durante 3 horas consecutivas ante la custodia, de modo libre y voluntario.
              
                                     A  las 5 horas, según programa, se hizo el rezo del Santo Rosario y Laudes. Cada  misterio lo explicaba un varón con miras a la meditación y una mujer lo  desgranaba. 
              
                       Una  hora más tarde tuvo lugar la procesión del Santísimo por el Patio de los  Naranjos, en que la custodia la portaba un religioso franciscano revestido de  la capa correspondiente bajo palio, llevado por seis adoradores varones; las  demás personas caminaban a ambos lados en procesión hacia la torre del  campanario. Se dio una vuelta completa por el perímetro del Patio de los  Naranjos y la Catedral para terminar en el atrio de la Puerta del Perdón, donde  se hallaba un pequeño altar dispuesto previamente, donde colocar la sagrada  custodia. (Se había programado la bendición de los campos como se hace en la  Vigilia de Espigas en el lugar del monumento a San Rafael que después se  suprimió, por lo ya comentado al principio). El presbítero impartió la  bendición y se hizo la Reserva. El Presidente diocesano dio las gracias a todos  por su asistencia y su colaboración, mostrándose contento por el acto y deseó  un feliz viaje a los que lo emprendían.
              
                       Entre  las canciones que se cantaron en este último momento y en otros anteriores,  anotamos: “Cantemos al amor de los  amores”, “Alabado sea el Santísimo”, “Hostia santa, hostia pura”, “Bendito, bendito”, “No adoréis a nadie”, “Tantum  ergo”, “Pange  linguae”… A grosso modo, calculamos unas 250 personas que asistieron; entre  los diversos lugares recordamos varios pueblos de la provincia cordobesa, un  autocar de Málaga, otros adoradores de Cádiz, de Ceuta…
              
                       Como  anécdota, destacamos la impresión que los rostros del equipo de Seguridad  mostraban a nuestra salida del templo magno pues era como de extrañeza, cosa  normal, por haber estado una noche entera rezando y vernos contentos y  saludándoles cortésmente al final; algo raro, por desgracia en nuestra sociedad  un tanto desacralizada.
              
                       Salimos  felices y contentos de la adoración nocturna por haber amado a Dios y nos  despedíamos para amar a los hombres, nuestros hermanos en el mundo, como el  principal mandamiento nos señala.
              
                       Nota: Observamos que el periódico local en los días siguientes, no hizo mención  alguna de este acto.
              
              Mª  Encarnación Rodríguez Martín
                 Adoradora nocturna cordobesa