Tfno: 914465726;   fax: 915932445        email: consejo@adoracion-nocturna.org         Estamos: C/ Carranza, 3 – 2º Dcha. 28004 Madrid

Adoración Nocturna Española

 

Adorado sea el Santísimo Sacramento   

 Ave María Purísima  

 

 

VIGILIA de la Adoración Nocturna Española

Se puede hacer de dos formas:

a) Siguiendo el MANUAL (Ritual) de la A.N.E.

 

 

b) Siguiendo el Oficio de Lectura en eltestigofiel.com y con las Presentaciones de adoradores propias de la vigilia ANE, que están a continuación:

Quédate con nosotros, (Corpus, pág. 14 y 515 del Manual)

Y ahora (Domingo I, pág. 59 del Manual)

Venimos, Señor, a tu presencia (Domingo II, pág. 99 y 535 del Manual)

Ante Tí, Señor (Domingo III, pág. 143 y 562 del Manual)

¡Señor Jesús! (Domingo IV, pág. 183 del Manual)

Señor Nuestro Jesucristo (Adviento, pág. 296 del Manual)

Señor nuestro Jesucristo (Navidad, pág. 328 del Manual)

Señor nuestro Jesucristo (Cuaresma, pág. 362 del Manual)

Señor nuestro Jesucristo (Pascua, pág. 394 del Manual)

Como Pedro, Santiago y Juan (Jueves Santo, pág. 460 del Manual)

 

Te Deum

Otras oración propia de nuestra vigilia:

PRECES expiatorias del Manual ANE.

Oración de intercesión al venerable Trelles

Oración por el fomento de la A.N.E.

Trisagio de la Santísima Trinidad

 

La Vigilia de la Adoración Nocturna es esencialmente una Vigilia de oración y adoración centrada en la Eucaristía, en nombre de toda la Iglesia. Nunca podrán faltar en nuestras vigilias: la oración personal y la oración litúrgica comunitaria que nos vincula a la Iglesia. 

La Liturgia de las Horas es la oración que la Iglesia, en unión con Jesucristo, su Cabeza, y por medio de Él, ofrece a Dios. Se llama de las horas porque se efectúa en los principales momentos de cada día, que así es santificado junto con la actividad de los hombres (Laudes al comenzar el día; Vísperas al caer la tarde, Completas al acostarse...).

El Oficio de Lectura, desde los primeros siglos de la Iglesia, era la oración nocturna de los monjes mientras los hombres descansan; la alabanza y la oración del Señor no debe interrumpirse ni durante la noche.