Tfno: 914465726;   fax: 915932445        email: consejo@adoracion-nocturna.org         Estamos: C/ Carranza, 3 – 2º Dcha. 28004 Madrid

Adoración Nocturna Española

 

Adorado sea el Santísimo Sacramento   

 Ave María Purísima  

 

 

2019

Enero

Febrero

Marzo

Abril

Mayo

Junio

Julio

Agosto

Septiembre

Octubre

Noviembre

Diciembre

 

Temas de reflexión

Abril

1.- LA MARAVILLA DE LA ORACIÓN


            Arrancamos el segundo trimestre del año. Salidos del invierno tan propicio al recogimiento –aunque a veces, al encogimiento-  se nos ha venido la primavera, que nos incita a salir de nosotros mismos y a abrir nuestros sentidos al gozo de la belleza a raudales y al resurgir de la vida. Siempre y en todo lugar hemos de dar gracias a Dios. Como lo hace todo el universo.  Qué hermoso es considerar, cuando en el turno de vela, cantamos o recitamos el salmo 19, sentirnos unidos a toda la Creación, poniendo voz y corazón a lo que proclama el universo:

El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.

            No es otra cosa orar, sino levantar el corazón a Dios para alabarle o  para pedirle mercedes, como nos enseñaban en la doctrina cristiana.

            No  nos cansaremos de agradecer la publicación del  Catecismo de la Iglesia Católica. Ya no nos escusa el “doctores tiene la Iglesia que le sabrán responder”. Han puesto en nuestras manos todo lo que constituye el depósito de  la Fe.

            Continuando con lo escrito en marzo, es una maravilla leer atentamente  todo lo que nos enseña en la parte IV sobre la oración. Detengámonos en estos dos puntos y caeremos en la cuenta de la inconmensurable dignidad humana que Dios nos otorga cuando entramos en cualquier tipo de oración:

 

1º Es alianza con Dios

            2564 La oración cristiana es una relación de Alianza entre Dios y el hombre en Cristo. Es acción de Dios y del hombre; brota del Espíritu Santo y de nosotros, dirigida por completo al Padre, en unión con la voluntad humana del Hijo de Dios hecho hombre.

2º Es comunión con Dios

             2565 En la nueva Alianza, la oración es la relación viva de los hijos de Dios con su Padre infinitamente bueno, con su Hijo Jesucristo y con el Espíritu Santo. La gracia del Reino es “la unión de la Santísima Trinidad toda entera con el espíritu todo entero” (San Gregorio Nacianceno, Oratio 16, 9). Así, la vida de oración es estar habitualmente en presencia de Dios, tres veces Santo, y en comunión con Él. Esta comunión de vida es posible siempre porque, mediante el Bautismo, nos hemos convertido en un mismo ser con Cristo (cf Rm 6, 5). La oración es cristiana en tanto en cuanto es comunión con Cristo y se extiende por la Iglesia que es su Cuerpo. Sus dimensiones son las del Amor de Cristo (cf Ef 3, 18-21).

2.-NECESITADOS DE SILENCIO

            De sobra sabéis que son tres los tipos de oración. La oración vocal, la meditación y la contemplación. Además del ofrecimiento de obras, que convierte en oración todo lo que hacemos durante el día.

            Existen diferencias entre esos tres tipos de oración como abordaremos en la próxima reflexión de mayo, Pero también los tres están relacionados entre sí.

            Curiosamente las  tres necesitan inexcusablemente del silencio. No es posible la oración en el alboroto en que estamos inmersos. Hay una dictadura del ruido.  Silencio externo. Qué difícil es rezar en medio del barullo.  En un libro admirable del cardenal Robert Sarah titulado La fuerza del silencio y que os recomiendo vivamente, lleva por subtítulo “Frente a la dictadura del ruido”. Vivimos bajo la dictadura del ruido que no solo nos imposibilita el encuentro con Dios, sino que no nos deja encontrarnos con nosotros mismos. El silencio y la penumbra de las iglesitas románicas es el espacio propicio para encontrarnos en presencia de Dios, espacio que podemos propiciar dentro de nosotros mismos, sin salir de nosotros mismos. Silencio exterior y silencio interior. Controlar las distracciones.

             Estamos en el momento sublime de la consagración y la mente se nos va hacia el descalabro de la política, la dureza de los garbanzos, el regalo para el nieto, y otros mil insignes afanes, en nada congruentes con la muerte de Jesús en la Cruz. Y así en todo. El silencio es el requisito  para el encuentro con quien sabemos nos ama. La imaginación, como loca de la casa, ya se encarga de las mil distracciones que impiden estar a solas con nuestro Dios.

             Es en el silencio donde Dios nos habla, donde podemos escuchar lo que Dios nos dice.

             Para orar Se requiere soledad y silencio: TACE, escribe Don Luis, calla.


3.- NUESTRA PARTICIPACIÓN EN LA ORACIÓN:

             La persona debe poner su deseo y su disposición, principalmente su actitud de silencio (apagar ruidos exteriores e interiores).  El silencio aún no es contemplación, pero es el esfuerzo que Dios requiere para dársenos y transformarnos.  Además, orar se aprende orando, "sin desfallecer", como nos pide la Sagrada Escritura.  La única forma de aprender a orar es:  orar, orar, orar.

             Aún así, unos oran de una manera y otros de otra. A unos les es fácil la contemplación y a otros les es casi imposible. Unos meditan, otros hacen oración vocal. ¿Entonces?

            Santa Teresa de Jesús nos responde esto. Comentando el pasaje de Pedro cuando le pregunta al Señor qué será de Juan. Y el Señor le responde: "¿A tí que? Tú, sígueme" (Jn 21, 20-25):

            "Es cosa que importa mucho entender que no a todos lleva Dios por un camino, y por ventura el que le pareciere va por muy más bajo, está más alto en los ojos del Señor.

            "Así que no porque en esta casa todas traten de oración, han de ser todas contemplativas. Es imposible. Y será gran desconsolación para la que no lo es...

            "Yo estuve más de catorce años que nunca podía tener meditación sino junto con lección. Habrá muchas personas de este arte, y otras que, aunque sea con lección, no pueden tener meditación, sino rezar vocalmente, y aquí se detienen más... Y otras personas hay hartas de esta manera, y si hay humildad, no creo saldrán peor libradas al cabo sino muy en igual de los que llevan muchos gustos, y con más seguridad en parte; porque no sabemos si los gustos son de Dios o si los pone el demonio... "

            "No hay qué temer, ni hayáis miedo que dejéis de llegar a la perfección como los muy contemplativos."
El protagonista de nuestra oración es Dios mismo. Nosotros, abandonarnos en Él; poner en Él toda nuestra confianza. No en el mucho saber, sino en el mucho amar. No lo olvidemos: la adoración nocturna es una escuela práctica para aprender a orar, es decir, para que nuestro corazón aprenda a vivir siempre y en todo lugar, en presencia de quien sabemos nos ama.

4.- PREGUNTAS BÁSICAS

    1ª ¿Por qué la oración en cualquiera de sus variedades es un reconocimiento sobrecogedor de la dignidad que Dios concede al ser humano?

    2ª ¿Por qué sin el silencio no es posible ponernos en presencia de Dios?

    3ª ¿En qué radica la plenitud de la oración, en la forma de oración que realicemos o en el grado de amor que alcancemos en cualquier forma de orar?