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Adoración Nocturna Española

 

Adorado sea el Santísimo Sacramento   

 Ave María Purísima  

 

 

2019

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Temas de reflexión

Febrero

NATURALEZA DE LA ADORACIÓN NOCTURNA:

ESCUELA PRÁCTICA  DE ORACIÓN
PARA  APRENDER A AMAR COMO RAZÓN DE VIVIR


        Es  la oración el camino de un adorador. No otro es su ejercicio ni su fin. Es nuestra vocación específica: adorar al Señor  mediante la oración.  Nuestro maestro y guía ha de ser el Venerable Don Luis de Trelles. No tengáis recelos.

        Dejémoslo claro  desde el principio: Dos son los maestros que enseñaron a Don Luis de Trelles la naturaleza y el  modo de la oración: en San Ignacio de Loyola, en sus ejercicios espirituales, aprende como elementos  básicos: el principio y fundamento de la primera semana, el llamamiento del rey temporal, las dos banderas y los tres binarios de la segunda semana, el esquema de la meditación y  el tratado de  la IV semana: contemplación para alcanzar amor, indispensable para cualquier tipo de oración.

        Todo lo demás de Don Luis es teresiano.

“Dos pilares sustentan sus concepciones  antropológicas: 1º, el hombre posee un alma capaz de Dios, además de un cuerpo, y 2º, el hombre ha recibido, como inmenso y misterioso don,  la capacidad de comunicarse  con la divinidad que habita en su interior.

        Santa Teresa de Jesús recibe una gracia  además que supera todos los hallazgos anteriores de interiorización, mediante la inmersión en el misterio trascendente de Dios,  dentro de la estirpe agustiniana. Don Luis sigue los pasos de Teresa. Y no cesa de  recordárnoslo: no viváis hacia afuera, a la altura de los sentidos y en busca de sensaciones. La aventura de Teresa señala una dirección opuesta: hacia adentro, porque  tenemos alma –repetía con gracia a sus hijas- “no estamos huecas por dentro” y Dios habita en su interior.

        Tienen ambos una experiencia central: Sin el encuentro con Jesús realmente presente bajo las especies del pan y el vino, ni Teresa hubiera sido Teresa de Jesús ni Don Luis el apasionado enamorado apóstol de la Eucaristía. El descubrimiento del Santísimo  Sacramento  se convirtió en el fundamento de su vida espiritual y en  el motor de sus actividades apostólicas.” No es otra cosa ser un Adorador.

        Don Luís eligió como símbolo de un adorador la lamparilla encendida del santuario. En ella veía que con su diminuta luz le recordaba al mundo que Dios está presente en el templo y que impregnada en el aceite de la gracia su humilde pábilo consumía su existencia encendida de amores. La noche de vela quería que fuera desarrollando los distintos tipos de oración: alabanza, súplica, acción de gracias y reparación. A lo largo del año iremos profundizando en las variedades de la oración. Sus más preciosas aportaciones las encuentro en la intencionalidad práctica de la Adoración. Las resumo en tres metáforas: atalaya, cuerpo de guardia, audiencia privada.  En esta perspectiva quiso que la Adoración nocturna fuera un torreón o una atalaya para imprecar por la salvación de España. Una sala de guardia en la que se tuvieran presentes todos los incidentes de la ciudad, desde la parturienta al moribundo; y una audiencia privada en la que se aprendiese a pagar con amor el amor que el Señor nos daba.

       Pero volvamos a Santa Teresa, Maestra De Oración. Sus obras más elaboradas son: Camino De Perfección  y Las Moradas o Castillo Interior. Dos obras claves para aprender a amar a Dios por medio de la oración- En realidad forman  parte de  su Vida, son la biografía espiritual de la Santa. Sin olvidar nunca que  la única razón de todo –vida, reforma, fundaciones y escritos- es  cantar las maravillas de un Dios que quiere vecindad e intimidad con los hombres.

       Todas las obras de la Santa incluyen capítulos dedicados a la Oración. Recordamos que los capítulos 11 a  23 de  “El Libro de la Vida” constituyen un tratado abreviado, para enseñar a sus hijas  su camino de Oración. En estos capítulos explica los cuatro modos de oración mediante la imagen de cuatro modalidades de riego  en las huertas (1. Riego acarreando el agua con cubos desde un pozo. 2. Riego trasegándola con una noria.  3. Riego con canales desde una acequia. 4. Riego con la lluvia que viene del cielo).  Y en él nos ofrece la definición más difundida  de oración y que una y otra vez repito: “que no es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama” (Vida 8,5).Lo mismo sucede con el Libro de  las Fundaciones.

       Pero cuidado. No se trata de una tabla de gimnasia o de una dieta para adelgazar.  Dios lleva a cada uno por el camino que le conviene más. El protagonista de toda oración es Dios. Y nuestro papel es ponernos en su presencia y abandonarnos en sus manos. Lo mismo reces un padrenuestro, una avemaría, entones un salmo, te unas al “Por Cristo con él y en Él, a Ti Dios Padre omnipotente,……… todo honor y toda gloria” o ensimismado mires en silencio a la Hostia Santa.

       Me vais a permitir  que os traiga un fragmento  en el que  habla la santa del cielo. Una vez más, ejemplo de su realismo  y del don de discernimiento. Para mí lo tengo como una joya. Es una invitación a todas sus hijas para entrar en oración, y  que por lógica se hace extensiva para cualquier creyente y de manera muy especial, para ti, adorador. 

        Dice la Santa: “2. Ya sabéis que Dios está en todas partes. Pues claro está que adonde está el rey, allí dicen está la corte. En fin, que adonde está Dios, es el cielo. Sin duda lo podéis creer que adonde está Su Majestad está toda la gloria. Pues mirad que dice San Agustín que le buscaba en muchas partes y que le vino a hallar dentro de sí mismo. ¿Pensáis que importa poco para un alma derramada entender esta verdad y ver que no ha menester para hablar con su Padre Eterno ir al cielo, ni para regalarse con El, ni ha menester hablar a voces? Por paso –silenciosamente- que hable, está tan cerca que nos oirá. Ni ha menester alas para ir a buscarle , sino ponerse en soledad –Tacere- y mirarle dentro de sí y no extrañarse de tan buen huésped; sino con gran humildad hablarle como a padre, pedirle como a padre, contarle sus trabajos, pedirle remedio para ellos, entendiendo que no es digna de ser su hija.”

PREGUNTAS BÁSICAS

        A Don Luis le enseñaron a  ser discípulo aventajado de la oración San Ignacio y Santa Teresa.  Pero ¿Dónde aprendió Don Luis a ser maestro de la oración? ¿Conociendo de memoria los textos de sus maestros o poniéndose, día a día y noche tras noche de rodillas ante Jesús Sacramentado?

        ¿Sabías que ““que no es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama”? Adorador, esta es tu tarea: reces el avemaría, un salmo, inclines la cabeza en la consagración, o estés en silencio ante la Hostia Santísima. Escríbelo con letras grandes en tu alma.

        ¿Sabes que Jesús Sacramentado, aunque nos llega desde fuera por la vista, nos entra dentro, donde habita Dios y es aquí, en tu interior donde tiene lugar el encuentro? Abres los ojos y por la fe lo ves fuera en el Pan Sagrado. Miras dentro de ti, con los ojos cerrados y está tan realmente presente que con el oído del alma lo podemos oír. ¿Nos atrevemos a decirle “habla Señor, que tu siervo escucha”?