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Adoración Nocturna Española

 

Adorado sea el Santísimo Sacramento   

 Ave María Purísima  

 

 

2020

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Temas de reflexión

Febrero

DESDE EL CUARTO DE GUARDIA
REFLEXIONES DE UN ADORADOR NOCTURNO PARA ORAR DESDE LA REUNIÓN PREVIA

LA ADORACIÓN NOCTURNA MOMENTO PARA CULTIVAR LA INTIMIDAD CON DIOS

1º MARCO PARA ESTA NOCHE DE FEBRERO

           “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.” (Evangelio según san Mateo, 11,27-30)

           Nuestro Dios tiene Corazón. No lo digo por sentimentalismo blandengue. Tiene Corazón por su capacidad humana y divina para amarnos. Frente a la indiferencia, frialdad, crueldad del mundo contemporáneo, ha elegido como su imagen más representativa un Corazón. Es desde  ese Corazón donde se explica todo lo que ha hecho por nosotros, por cada uno de nosotros y donde encuentra respuesta el misterio del hombre. Somos una necesidad de amar y de ser amados. El Corazón de Cristo en la Eucaristía es tan de carne como el tuyo. No es un símbolo. Palpita. Lo que importa en esta noche es que oigas su latido y te encontrarás aliviado.

2º UNA ORACIÓN JACULATORIA  AL ESPÍRITU SANTO, PARA QUE NOS ENCIENDA EN AMORES.

           “Envía, Señor, tu Espíritu, y serán creados.  Y renovarás la faz de la tierra.”

           ¿Qué  ocurre para que con sólo escuchar la doctrina de Jesús no pongamos en consonancia nuestra acción, nuestras obras con nuestro pensamiento? El hombre viejo se resiste ante la propuesta del hombre nuevo.

           Os respondo  con una cita de la novela Quo Vadis  de Sinkiewitz. ¿La recordáis?. En boca de Marco Vicinio el romano enamorado de la cristiana Ligia pone el autor católico estas palabras: “Pero yo –y tomo a los dioses por testigo- no puedo hacerlo. ¿Te das cuenta de lo que esto significa? Hay algo en mi naturaleza que se estremece ante esta doctrina.”

            El mismo apóstol Pablo se lo enseñó: no está en nuestras manos cumplir la nueva Ley. Practicar la doctrina, sí; pero vivido como don y regalo del mismo cielo.

           Sin el Espíritu Santo, que es el Espíritu de Cristo, no podremos desprendernos de lo viejo y ser recreados en el hombre nuevo. Sólo el Espíritu renueva la faz de nuestra vieja condición. Ven Espíritu de Dios

3º UN TEXTO DE UN SANTO O DE LA IGLESIA QUE NOS INICIE EN LA ORACIÓN MEDITATIVA.

            Opúsculo 57, en la fiesta del Cuerpo de Cristo, lect. 1-4

           “El Hijo único de Dios, queriendo hacernos partícipe de su divinidad, tomó nuestra naturaleza, a fin de que hecho hombre, divinizase a los hombres.

           Además, entregó por nuestra salvación todo cuanto tomó de nosotros. Porque, por nuestra reconciliación ofreció, sobre el altar de la cruz, su cuerpo como víctima a Dios, su Padre, y derramó su sangre como precio de nuestra libertad y como baño sagrado que nos lava, para que fuésemos liberados de una miserable esclavitud y purificados de todos nuestros pecados.

           Pero, a fin de que guardásemos por siempre jamás en nosotros la memoria de tan gran beneficio, dejó a los fieles, bajo la apariencia de pan y de vino, su cuerpo, para que fuese nuestro alimento, y su sangre, para que fuese nuestra bebida.

            ¡Oh banquete precioso y admirable, banquete saludable y lleno de toda suavidad! ¿Qué puede haber, en efecto, más precioso que este banquete en el cual no se nos ofrece, para comer, la carne de becerros o de machos cabríos, como se hacía antiguamente, bajo la ley, sino al mismo Cristo, verdadero Dios?

           No hay ningún sacramento más saludable que éste, pues por él se borran los pecados, se aumentan las virtudes y se nutre el alma con la abundancia de todos los dones espirituales.

           Se ofrece, en la Iglesia, por los vivos y por los difuntos para que a todos aproveche, ya que ha sido establecido para la salvación de todos.

           Finalmente, nadie es capaz de expresar la suavidad de este sacramento, en el cual gustamos la suavidad espiritual en su misma fuente y celebramos la memoria del inmenso y sublime amor que Cristo mostró en su pasión.

            Por eso, para que la inmensidad de este amor se imprimiese más profundamente en el corazón de los fieles, en la Última Cena, cuando, después de celebrar la Pascua con sus discípulos, iba a pasar de este mundo al Padre, Cristo instituyó este sacramento como el memorial perenne de su pasión, como el cumplimiento de las antiguas figuras y la más maravillosa de sus obras; y lo dejó a los suyos como singular consuelo en las tristezas de su ausencia.”

Ojala lo aprendiéramos de memoria. Subrayo en el texto  las frases que me han llegado a mi alma. Y elijo para mi diálogo íntimo con mi Dios  las que alivian mis cansancios e inquietudes: Empiezo por la última: se ha quedado con nosotros como singular consuelo en las tristezas de su ausencia. En esta vigilia de oración sé que para consolarnos se ha quedado en la Hostia. Dios está aquí.

            ¡Estamos llamados a ser dioses por adopción. Hijos de Dios y herederos del cielo!

           ¿Podremos olvidar este beneficio al verlo en el Pan y en el Vino? No hay amor más sublime -inmenso y sublime amor- que Cristo mostró en su pasión.  La Adoración Nocturna es un regalo para cultivar la intimidad con nuestro Dios.

 

PREGUNTAS BREVES

1ª PREGUNTA

           ¿Conocéis a nadie que no tenga contrariedades ni penas? ¿Huir hacia adelante? ¿Engancharse a lo que sea? ¿Nos quedamos con el Corazón de Cristo Eucarístico?

2ª PREGUNTA

           Obras son amores, sin duda. Pero ¿veo el don en todo lo bueno que hago y mi responsabilidad en las trabas que le pongo? Ésta es la cuestión.

3ª PREGUNTA

            ¿Crees que se nos ha destinado a “gozar lo que Él goza, a verle como Él se ve, a amarle como Él  se ama, a embriagarnos de la plenitud de sus delicias, a vivir con Él en sociedad perfecta de  vida, gozo y gloria, durante siglos eternos?