REFLEXIONES DE UN ADORADOR NOCTURNO PARA ORAR DESDE LA REUNIÓN PREVIA
2º UNA ORACIÓN JACULATORIA AL ESPÍRITU SANTO, PARA QUE NOS ENCIENDA EN AMORES.
3º UN TEXTO DE UN SANTO O DE LA IGLESIA QUE NOS INICIE EN LA ORACIÓN MEDITATIVA.
Hoy os propongo para vuestra lectura meditativa dos textos refundidos en uno de SAN RAFAEL ARNÁIZ, extraídos de sus Obras completas. El primero gira en torno a la idea central “Fuera de Dios, nada hay” y al medio para encontrarlo: el silencio, “ese silencio que rumia amores y esperanzas”. “El silencio del que quiere mucho, mucho y no sabe qué decir, ni qué pensar, ni qué desear, ni qué hacer. Sólo Dios allá adentro, muy calladito,… esperando.”
La Adoración nocturna es mucho más que cumplir un compromiso personal piadoso. El adorador necesita como requisito en su vida interior haber descubierto que Dios constituye el centro de su vida. El teresiano “sólo Dios basta” cultivado en encuentros personales de amistad. Toda la vigilia es un encuentro privado con el Señor. El amor hacia Él debe estar aun cuando recitemos en coro los salmos u otras oraciones. Pronunciamos palabras pero si nos mueve el amor y no nos distraemos sino que estamos en lo que decimos, qué curioso, es un modo de silencio. Cuánto más en la media hora de meditación silenciosa. Si no se nos ocurren ideas, dedica tu silencio a quererle. Mírale, sabiendo que Él te mira.”
El segundo texto es una comparación con el ciervo sediento. Nuestro Dios se ha encarnado, Cristo colma nuestros anhelos y nuestra sed.
“Dios y siempre Dios; ni el corazón acaba de hartarse ni el alma encuentra sosiego fuera de Dios.
Nada te dicen los hombres; nada encuentras en los libros, sólo en el silencio de todo y de todos. En ese silencio que ni el pensamiento se atreve a turbar, en ese silencio que rumia amores y esperanzas, solamente ahí se puede vivir.
Fuera, todo es ruido, barullo. Fuera de Dios, nada hay. La paz sólo está en Dios y Dios vive en el alma de sus amigos y mientras no busquemos a Dios en el silencio y la oración, mientras no nos estemos quietos…, no hallaremos paz ni encontraremos a Dios.
Solamente en el silencio se puede vivir pero no en el silencio de palabras y de obras…, no; es otra cosa muy difícil de explicar. Es el silencio del que quiere mucho, mucho y no sabe qué decir, ni qué pensar, ni qué desear, ni qué hacer. Sólo Dios allá adentro, muy calladito,… esperando.
Pobre alma que sufres; ¿buscas descanso? En nada ni en nadie lo hallarás. Cállate un poquito, busca un sitio de tu alma, muy oculto, muy silencioso y en él pon un poco de amor a Jesús; y ya verás; ni penas ni alegrías turbarán tu paz y aun la espera se hará dulce. ¿Por qué he de perderme en vanas palabras que nada pueden decir?
Todo, todo se arregla mirando a Jesús…
El ciervo con sed es el animal acosado por los cazadores. Su sed le viene de su continuo correr por los montes, los riscos y las breñas. Busca con locura la fuente escondida donde sabe, hallará descanso a su fatiga y el agua que templará sus ardores. El ciervo sediento es ciervo que huye….
El alma con ansias del cielo es alma que ve sus flaquezas; el hombre que busca la fuente de Cristo es que está sediento, y la sed es de hombres y no de ángeles.
Bien sabe el Señor que, cuando más débil me siento, cuando más lucho con la materia que tira hacia abajo, cuando el corazón se ve sujeto a tantas cosas y mi alma sufre con un dolor más humano que divino, entonces es cuando arrodillado delante del Sagrario y en silencio de la noche, gimo y lloro como el ciervo sediento.
Entonces es cuando veo que sólo en Cristo se haya descanso. Entonces notamos que el amor que le tenemos es débil y flojo, es la centellica que apenas llamea. Vemos nuestra nada y nuestra pequeñez, y que lo que no es mentira ni engaño, lo que es amor verdadero y felicidad perfecta, Lo que únicamente puede apagar nuestra sed... Cristo.”
PREGUNTAS BREVES
1ª PREGUNTA
Cuando recitamos los salmos, por ejemplo, ¿qué debemos acallar para que nuestra oración se convierta en encuentro de alabanza y amistad con el Señor?
2ª PREGUNTA
¿Por qué Don Luis de Trelles recomendaba a sus consocios, como llamaba a los adoradores, a contemplar a Cristo en la Eucaristía como se representa en la imagen del Corazón de Jesús, mostrando sus llagas y su corazón traspasado? ¿No será porque nos ayuda a descubrir, que en la Adoración Nocturna no venimos a soltar rezos y ya está, sino a amar a quien nos ama con locura?
3ª PREGUNTA
El barullo nos ensordece, el mundo nos ofrece mil deleites que no colman nuestra sed, ¿No será que sólo en Cristo se esclarece el misterio del hombre?