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Adoración Nocturna Española

 

Adorado sea el Santísimo Sacramento   

 Ave María Purísima  

 

 

2021

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Temas de reflexión

Mayo

MANUAL, pág.  XXXI - V. Adorado sea el Santísimo Sacramento…

         Reflexiones que nos animen y ayuden a encontrarnos con Jesús Sacramentado y descansar en su Corazón, de la mano de su Madre que le ha dado su cuerpo y sangre, pidiendo el triunfo de su Corazón Inmaculado, como anunció en Fátima.

LA VIRGEN MARÍA

         Mes tradicionalmente dedicado a la Virgen, “con flores a María…”; Ella con su sí al Ángel nos dio al Salvador: “La Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros”. Como nos recuerdan muchos santos, el cuerpo de Cristo es el cuerpo de María. Ella nos trae, nos da, nos lleva a Jesús; por ello recordamos en Mayo las apariciones de la Virgen a los pastorcillos de Fátima, donde prometió: “Mi Corazón Inmaculado triunfará”.

         La respuesta de Isabel al saludo de María. “Dichosa tú que has creído, lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”, nos anima a acudir a la adoración siempre de su mano. Ella nos pondrá bajo la acción del Espíritu Santo, así nos lo enseña san Juan Pablo II, el 02/07/1989: “El Espíritu ha plasmado la santa humanidad de Cristo: su cuerpo y su alma, con toda la inteligencia, la voluntad, la capacidad de amar. En una palabra, ha plasmado su corazón. La vida de Cristo ha sido puesta enteramente bajo el signo del Espíritu. Es el Espíritu quien dirige los pasos de Jesús, lo sostiene en las pruebas, sobre todo lo guía en su camino hacia Jerusalén, donde ofrecerá el sacrificio de la Nueva Alianza, gracias al cual se encenderá el fuego que Él trajo a la tierra.

         La humanidad de Cristo es también obra de la Virgen. El Espíritu Santo plasmó el Corazón de Cristo en el seno de María, que colaboró activamente con Él como madre y como educadora.

         Como Madre, Ella se adhirió consciente y libremente al proyecto salvífico de Dios Padre.

         Como educadora, Ella plasmó el Corazón de su propio Hijo, introduciéndolo, junto con San José, en las tradiciones del pueblo elegido. Ella lo ayudó a desarrollar inteligencia y seguramente ejerció influjo en la formación de su temperamento”.

         Nosotros adoradores debemos dejar que María plasme en nuestros corazones el de su Hijo eucarístico, y cultivar con Ella el coloquio materno-filial. El Papa del lema “Totus tuus” nos dice, el 21/07/1985:

         “En el momento de la Anunciación comenzó el coloquio del Corazón de la Madre con el Corazón del Hijo. Nos unimos hoy a este coloquio. Deseamos hablar al Corazón del Hijo mediante el Corazón de la Madre. ¿Qué puede haber más bello que el coloquio de estos dos corazones? Queremos participar de él”.

         Trelles nos enseña la intimidad de la comunión de Jesús con la presencia de María en nuestras almas, en “La Senda Eucarística”, pág. 259:

         “María es inseparable de su santísimo Hijo […] María ha dado la materia del sacramento augusto, porque la carne de Jesús es carne de María […] y nos ofrece siempre a Jesús y sólo Ella puede introducirnos dignamente en su presencia. Y la Señora se complace en hacerlo para gloria de Dios y bien de los hombres, amor que fue el secreto de su vida purísima; el de su poder de intercesión casi infinito y sobre todo el de su complacencia en asistirnos en los preciosos momentos de la comunión sacramental”.

         San Manuel González, hombre eucarístico y mariano por excelencia, de niño había pertenecido a los seises de la Catedral de Sevilla. En O.C. 1464, nos dice: “Madre inmaculada, que yo siga, obedezca y ame a tu Jesús sin sentirlo, sin verlo, sin oírlo y sin gustarle… ¡solamente creyendo en Él!”.

          La Virgen nos ayudará a vivir cada día mejor nuestras adoraciones, comuniones y eucaristías.

         Santa Teresa del Niño Jesús, dirigiéndose a la Virgen: “Yo tengo más suerte que Tú, ya que tú no tuviste una Virgen María a quien amar”. Sigamos su ejemplo de vivir en el Corazón de María.

         Promesa del Corazón de Jesús a Santa Margarita M.ª de Alacoque:

         “Con la amistad de este Divino Corazón, tienen segura la protección de la Santísima Virgen y de todos los Santos. Harán rápidos progresos en la perfección. Mi Corazón los santificará y glorificará. Recibirán la gracia del puro Amor Divino”.

          PREGUNTAS

      1. ¿Qué lugar y tiempo dedico a la Virgen en la vigilia de adoración?
      2. ¿Soy apóstol del Rosario como los niños de Fátima?
      3. ¿Conozco los dogmas marianos para dar razón de los mismos?
      4. ¿Acudo de la mano de la Virgen a todas las cosas, como San Juan Pablo II “Totus tuus”?

 

Acabamos con la preciosa oración de San Bernardo, el melifluo Abad de Claraval:

Mira a la Estrella

 “Si se levantan los vientos de las tentaciones, si te ves arrastrado contra las rocas del abatimiento, mira a la estrella, invoca a María.
Si eres batido por las olas de la soberbia, de la detracción o de la envidia, mira a la estrella, invoca a María.
Si la ira o la avaricia o la seducción carnal sacuden, con furia  la navecilla de tu espíritu, vuelve tus ojos a María…
Si te asalta el peligro, la angustia o la duda, recurre a María, invoca a María…
Si la sigues, no te desviarás; si recurres a Ella, no desesperarás.
Nada temerás si te protege; si te dejas llevar por Ella, no te fatigarás; con su favor llegarás a puerto…”