LOS SACRAMENTOS DE LA INICIACIÓN CRISTIANA.
La Confirmación (I)
Nuestra condición de ser criatura comporta una capacidad para desarrollar las potencias y las cualidades, que cada uno de nosotros tenemos como seres humanos. Nuestro yo, núcleo vital de cada uno que es la propia persona, se encarga de poner en marcha nuestra riqueza humana.
¿Cómo podremos desarrollar la riqueza sobrenatural que hemos recibido en el Bautismo, y llegar a vivir como verdaderos hijos de Dios en Cristo, participando de la naturaleza divina". Ésta es la labor principal del segundo sacramento de la iniciación cristiana: la Confirmación.
"El efecto del sacramento de la Confirmación es la efusión especial del Espíritu Santo, como fue concedida en otro tiempo a los apóstoles el día de Pentecostés" (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1302).
Al despedirse el Señor de los apóstoles les prometió la llegada del Espíritu Santo, y les anunció la obra que el Paráclito llevaría a cabo en el alma de cada uno de ellos y en el espíritu de todos los creyentes, a través de los siglos.
¿Cuál es la obra principal que el Espíritu Santo realiza en el mundo, y que, de modo semejante y diferente a la vez, lleva a cabo en el alma del creyente?
La principal obra del Espíritu Santo en la tierra es la Encarnación del Hijo de Dios, Jesucristo, en el seno de la Virgen María. También Dios Padre nos envía el Espíritu Santo, para que Cristo nazca y viva en nuestras almas, y podamos así vivir toda nuestra vida con Cristo, por Cristo y en Cristo.
El anuncio de Jesucristo consta de dos fases: "El Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, ése os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho" (Jn 14, 26). Poco después el Señor afirma: "El Espíritu de verdad os guiará hasta la verdad completa, porque no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oyere, y os anunciará las cosas venideras...Recibirá de lo mío y os lo comunicará a vosotros" (Jn 16, 13-15).
¿Qué significan estas dos afirmaciones del Señor?
En primer lugar, el Espíritu Santo, al enseñarnos y al darnos la Verdad, a Cristo mismo y al injertarnos en él, nos permite vivir con Cristo y, viviendo con Cristo, con la Persona de Cristo, hace posible que cada uno de nosotros esté en condiciones de desarrollar las potencialidades sobrenaturales recibidas en la participación de la naturaleza divina, en el bautismo.
La Confirmación lleva a cabo el asentamiento de cada persona en su nueva vida cristiana, en Dios definitivamente, tanto en el plano del ser como en el del actuar. Esta acción queda expresada en estas palabras: "La Confirmación imprime en el alma una marca espiritual indeleble, el "carácter", que es el signo de que Jesucristo ha marcado al cristiano con el sello de su Espíritu revistiéndolo de la fuerza de lo alto para que sea su testigo" (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1304).
Los efectos de la Confirmación promueven el crecimiento de la nueva criatura en Cristo, que es cada cristiano. Esta acción del sacramento ocurre siguiendo un doble cauce: desarrollando la gracia bautismal, que introduce al cristiano más profundamente en la filiación divina y perfeccionando el sacerdocio común de los fieles –que consideraremos más adelante-, que da el poder de confesar la fe de Cristo públicamente, y como en virtud de un cargo (Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1304 y 1305).
Acción del Espíritu Santo que se refleja, por tanto, en la conciencia de ser nueva criatura que va adquiriendo el cristiano, conciencia que le lleva a saberse, y a ser, hijo de Dios, capaz de clamar "¡Abba, Padre!". Todo este asentamiento de la conciencia de la filiación divina, es obra de la acción de los Dones del Espíritu Santo, que actúan en el bautizado desde el primer instante de su vida cristiana.
Cuestionario
- ¿Ante el Sagrario, me paro a pensar que soy, de verdad, hijo de Dios en Cristo Jesús?
- ¿Rezo alguna vez al Espíritu Santo y le pido que llene mi corazón de amor a Cristo-hombre, a Cristo-Eucaristía?
- ¿Soy consciente de que el Espíritu Santo viene a mi alma cuando vivo el Sacramento de la Reconciliación y cuando recibo a Cristo-Eucaristía en la Comunión?
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