Eucaristía y Doctrina Social de la Iglesia
Humanismo integral y solidario (1).
Puede que algunos piensen ¿qué tiene que ver la Eucaristía y la adoración con esta temática de la Doctrina Social? Trataremos de dar una respuesta a esta pregunta a lo largo de los temas de reflexión de este curso pastoral.
Lo cierto es que todo parte de las palabras de Cristo en la institución del Sacramento, que recordamos en cada Misa: haced esto en conmemoración mía. La Eucaristía es el memorial del Señor, es decir, su presencia viva y operante entre nosotros hasta que Él vuelva. Pero la Eucaristía no se termina con la milagrosa transformación del pan y del vino en Cristo completo, vivo y verdadero. La Eucaristía prosigue su dinamismo milagroso y transformante en nosotros mediante la comunión, tomad y comed… tomad y bebed. Sí, hasta hacer de nosotros Cristo. De modo que lo que las Sagradas Especies operan en nosotros desde la comunión, y gracias a la adoración se consuma, luego se haga también realidad, en la Sociedad y en todas las llamadas “realidades humanas”, gracias a la vida y la acción de cada cristiano y de la entera Iglesia.
Así se puede afirmar que el mandato haced esto en conmemoración mía no se agota en la acción litúrgico-sacramental ni en la simple cooperación de cada uno en su propia santificación (cristificación /eucaristización), ha de llegar a la realización de la consagración de todas las realidades creadas. Sólo desde esta perspectiva se entiende el profundo enraizamiento eucarístico del sacerdocio regio o común de todos los bautizados. Sólo desde esta perspectiva se descubre la íntima trabazón entre sacerdocio común y ministerial. Sólo así se conjura todo riesgo de ritualismo o cosificación de la celebración eucarística.
Como Cristo es el principio de transformación del universo, desde su Encarnación y Misterio Pascual (muerte/resurrección/glorificación), la Eucaristía y la Iglesia, íntimamente entrelazadas, son en cada momento y lugar de la historia humana los catalizadores de ese dinamismo que recapitula todo en Cristo, que hace nuevas todas las cosas.
La Doctrina Social de la Iglesia recopila orgánicamente los principios morales cristianos que brotan de la misma vida y persona de Jesucristo y que se orientan a canalizar la acción personal y comunitaria de los miembros de la Iglesia, en orden a que la vida de Cristo y su dinamismo transformante vayan operando la transformación de todo hasta la consumación de los tiempos. En la medida que la Teología Moral cristiana, en la que se integra esta Doctrina Social, se fundamenta en Cristo en su Misterio Pascual y en su realización sacramental mediante la Iglesia, la Teología sobre la Eucaristía (Liturgia-Sacramentología-Eucaristía), el hombre (antropología) y la Iglesia (eclesiología) se muestran más integradas y como el nervio de esa misma teología moral, evitando caer en una ética puramente inmanente (de tejas para abajo) y fácilmente víctima del relativismo y el positivismo (una ética puramente de consenso y sin bases objetivas).
El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia(2004), que será nuestro “texto de referencia” en este curso, pone estos fundamentos en su “introducción” (nn. 1-19). Insistiendo en que en la base de la Doctrina Social de la Iglesia está el proyecto creador-redentor de Dios, la verdad plena del hombre. De ella emergen una serie de líneas fundamentales que recorren toda esta enseñanza: solidaridad, respeto y amor.
Este modo de aproximarnos a la Eucaristía, celebrada, comulgada y adorada, nos ayuda a integrar en torno a la doctrina tradicional e inmutable de la transubstanciación, los aspectos aceptables de ciertas explicaciones del Misterio Eucarístico modernas que se fijaban en su dimensión personal o eclesial (transignificación) o en su dimensión político-social (transocialización). Ellas solas se muestran insuficientes y privadas de fundamento sobrenatural, pero integradas en la tradición cristiana ayudan a que la fe verdadera sobre el Sacramento no se quede encerrada en un puro ritualismo o pietismo. Cristo, la Eucaristía, es la fuerza llamada a llevar la creación entera a su plenitud. Un auténtico y actualizado big band (gran explosión).
Cuestionario para la oración y la reflexión.
1. ¿Comprendes tu participación en la Eucaristía como un injertarte en Cristo y en su obra salvadora?
2.¿Evitamos en nuestros ambientes eclesiales tanto el peligro de una relación con la eucaristía pietista y ritualista, como el de una acción y compromiso cristiano, social y político, totalmente independiente del Misterio Eucarístico?
3.¿Somos conscientes de la necesidad de una formación teológica (Catecismo de la Iglesia Católica) y moral (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia) para vivir como verdaderos cristianos y adoradores?